Amaneciendo

Escribir un blog es sin dudas más complejo de lo imaginé cuando creé la chambelona. No sabia que mi placer se convertiría en un compromiso.

Mantener el interés de los lectores y el mío propio son cuestiones que dan vueltas en mi cabeza cada vez que pasa un día sin escribir.

Sobre todo porque lo que escribo tengo que disfrutarlo al menos yo, porque con toda probabilidad eso que más me haya gustado  no será leído por tantas personas como imaginé y, en el mejor de los casos, no sabré lo que piensan los que se sí lo han leido (a menos que te dejen un comentario).

Por otro lado, dejar de escribir significa abrir la puerta al olvido y no es algo que persiga un blogero.

Yo me he tomado un respiro para disfrutar del verano y porque he tenido algunos otros temas que no me han dejado tiempo para sentarme unos minutos a escribir. Pero ya estoy de vuelta con muchas nuevas ideas para preparar a los más peques para la nueva temporada otoño-invierno.

Ya desperté de este corto sueño y lo hice con un beso de mi esposo que me da la mano cada día, con un abrazo de mi mamá que es mi luz y con unas palabras de mi hija que ya ha aprendido a hablar y es maravilloso oírle decir: "Mamá vamos, vamos papá, bela (de abuela) ven"

¡¡¡Buenos días!!!